11 enero, 2007

El Diamante

¿Viste alguna vez un diamante? Ahora, está cortado. Facetado. ¿Sabes por qué? Para que pueda reflejar la luz. De cualquier dirección que provenga, puede reflejar la luz.

Una de las cosas que hacen es hacerlo ver realmente, realmente brillante. ¿Sabes? Apunta la luz a cada faceta y hazlo rotar. Y cuando gira, su brillo es tan magnífico. Toma esa luz y la hace rebotar de una manera hermosa.

Y es lo mismo…

La alegría del Conocimiento es como ese diamante, y es facetada. Y tú, tú estás rotando. Porque todo está siempre cambiando. Está cambiando cada día. Todo está variando para ti. Y si puedes mirarlo, continúa haciéndolo. No digas “ ya lo he visto.”…porque no, no lo has hecho….no desde ese ángulo. Mira. Serías muy feliz diciendo: “Pues lo he visto. Oh, sí. Lo he visto.”

Como esa chica, “…sentir paz una vez.” No, no. Tu camino en esta vida es infinito. Infinitas variaciones están ocurriendo. Entendimientos innumerables están siendo creados. Estás olvidando cosas. Estás recordando cosas. Estás viendo cosas que nunca has visto antes. De repente, comprendes algo que no habías entendido en toda tu vida. Y mientras cambias…todo va infinitamente cambiando, cambiando, cambiando…Sigue mirando el diamante. Porque a medida que tú cambias, tu apreciación cambiará. Y cada vez que esa apreciación cambie, cada vez que te transformes eternamente, tu admiración crecerá. Porque lo verás como nunca antes lo habías visto.

Por eso es un proceso de toda una vida. No sólo un día. Sin metas, sino un viaje en un camino muy específico. Cada paso del camino acercándote más y más. Llegando al punto en el que la dicha del viaje en sí mismo, se ha vuelto el destino. Así es como tiene que suceder. Esto es lo que tiene que ocurrir. El disfrute del viaje mismo.

Maharaji

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