25 enero, 2007

Una Misión: Estar Feliz

¿Recuerdas ese chico?
El niño cuyo única preocupación era estar feliz. De la mañana a la noche, un sólo objetivo en la vida: estar feliz.
Ya se tratara de tomar un coco y ponerle ojos o agarrar dos muñecos pretendiendo que se van a casar. Porque había sólo una misión. Todo en la vida era un catalizador para estar feliz. Aún la comida. ¿No tienes hambre? “Estoy jugando con ella.” Tal era la devoción. Tal era la claridad.

La palabra clave aquí es: “era”. De alguna manera, cuando escuchamos esas frases sobre los niños, y en cuanto a nosotros se refiere, la palabra “era” parece más apropiada. Ya no somos niñitos.

Pero existe una parte en nosotros que no tiene edad.
Es siempre joven. Eterna. Permanece exactamente igual. Si puedes entender eso, la palabra adecuada no es “era” sino “es”. Entonces puedes comprender la posibilidad de paz en este mundo hoy en día. Pero para unos pocos que lo ven como “era”: un tiempo que nunca más volverá; este asunto se ha vuelto triste.

Sí, este cuerpo ha envejecido. ¿Pero, ha envejecido el corazón? Tantas cosas han sucedido. Estar contento ya no es una prioridad, la prioridad es cuidar todas las responsabilidades. La prioridad es conciliar todo que tiene que ser conciliado.

¿Dónde en esa gigantesca rueda de cosas te encuentras? ¿Perteneces? ¿Eres una semilla que está preparada ? O tienes una agenda que dice, “Pues, ahora no. Unos años más. Entonces pensaré en la paz. Luego pensaré sobre estar pleno”

La sed espera, y espera, y espera. Como siempre lo ha hecho. Y como siempre lo hará. Siempre.
Un aliento viene, y cada respiración trae la posibilidad de estar pleno. Para mí, esta respiración que llega a tantos sobre la faz de esta tierra, tan tranquilamente, tan silenciosamente, está gritando un mensaje en voz alta y clara. ¿Cuál es el mensaje? “Ahora.” Ahora en tu vida, siéntete pleno. Ahora, en tu vida, encuentra esa paz.
Ahora en tu vida, encuentra esa alegría. Esa dicha. La dicha que no viene de los catalizadores externos, sino la que es activada porque uno ha encontrado su plenitud interior. Porque ahí está la paz. No está fuera. La paz está en el corazón de cada ser.

Maharaji

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