Una Sed

Hoy nos juntamos para escuchar, para entender. Lo que vine a compartir es muy simple. Muy sencillo. Y le hablo a cada uno, de persona a persona. No he venido acá como si lo supiera todo.
A mi entender, hay una cosa. Porque un ser humano puede entender a otro ser humano. Hay dolor, alegría, risas. Todas esas cosas existen en nuestras vidas. Se te ha dado un cuerpo humano, y a mí también. Hubo un tiempo en el que no existías y yo tampoco. Y ahora, estás acá y yo también. No tienes que aplaudir por eso, si vas a aplaudir, aplaude por lo próximo.
Vendrá un tiempo en el que no estarás aquí y yo tampoco. Entonces no se trata de haber nacido. Ya sucedió. No lo recordamos. Pero, en cuanto nos volvimos concientes, pudimos ver que en nuestras vidas hay una sed. Una sed que siempre nos está pidiendo por esa dicha suprema. Que nos inspira a encontrar esa plenitud.

Maharaji