27 mayo, 2007

La Conexión

Todo lo que haces, lo haces para estar contento. Pero no relacionas que lo que haces para estar contento, no te trae satisfacción
Es una cuestión; es como cuando entras a tu auto, y pones la llave para encender el motor, la giras, y el coche hace: eenng, enng, enng, enng, eengg. Intentas de nuevo, otra vez, y otra vez, y después de un rato sólo hace clic, clic, clic, clic. Esto es el sistema de arranque; allí no hay suficiente lubricante para que haga mucho, y está empezando a desviarse hacia atrás y hacia adelante, porque no has hecho la conexión. Algo está mal. La llave está bien. Es la llave correcta, la ignición correcta. Algo anda mal con el motor. Tal vez le falte combustible. Quizás alguien ha desconectado todos los enchufes eléctricos. Puede ser algo muy simple, o puede ser algo muy complejo. Pero hasta que no hagas la conexión, esta acción no va a funcionar.
Este es el ejemplo que doy muchas veces: una persona entra a su casa, y sabe exactamente dónde está el interruptor de la luz. Prende el interruptor, y la luz no enciende. ¿Qué hace? Lo apaga de nuevo y lo prende. De hecho, lo he visto, lo hacen rápidamente. Creen que si mueven más rápido el interruptor, crearán la electricidad para prender la bombita. No. Pueden hacerlo todo el día, la bombita nunca prenderá. Esa bombita está acabada, rota. Toda la electricidad del mundo, todos los interruptores del mundo no serán capaces de recomponer esa bombita.
Esa conexión, algo tiene que ser hecho. Tal vez sea des-hacer. Quizás sea eso. No importa. Todas las cosas que haces, puede que sean necesarias por alguna razón. Pero lograr ese objetivo único; el objetivo único llamado la dicha verdadera.

Maharaji

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