20 octubre, 2007

Sobre la Paz

Cuanto más viajo y más le hablo a la gente, más veo que todos tienen una definición diferente de la paz. Algunas personas piensan que la paz es la ausencia de ruido. Otros piensan que la paz es un hermoso paisaje. Algunos piensan que la paz es la ausencia de guerra.
Entonces, déjame entender esto. No hay escasez de lugares hermosos en el mundo. Trieste es preciosa. Volando hacia aquí, ves lo hermosa que es. Y hay lugares extremadamente tranquilos. Entonces, ¿cómo es que no hay paz? ¿Es la paz una manifestación de algo que sucede dentro de un ser humano, o es la paz sólo algo externo?
No le puedes explicar a una persona hambrienta, “Está bien, quédate con hambre.” No le puedes explicar a una persona cansada, “Está bien, no te vayas a dormir. No pasa nada.” No. Cuando estás intentando hablar de algo que es muy básico para un ser humano, no hay concesiones.
¿Quiénes somos? ¿Qué somos? ¿Somos la suma de toda esta tecnología que existe en este mundo? Todos los rascacielos, los caminos, los aviones, todas las cámaras, los satélites en el espacio, ¿eso somos?.
¿Será que somos eso? Los constructores de barcos monumentales, más y más grandes. El Titanic. Los buques hoy en día son más y más enormes. Y se están planeando hacer unos aún más grandes de lo que te puedas imaginar. . Con un aeropuerto encima. Y estos no son portaaviones, estos son casi aeropuertos convencionales sobre estos barcos.
Cuando un clavito, un clavito minúsculo se pega en el pie, y duele… Explícale a esa persona: “Mira. ¿por qué te molestas por un clavito? Como seres humanos, hemos creado este barco colosal. Es mucho, mucho más grande que tu clavito. Mira a este avión, es gigantesco. Tiene dos pisos. Este clavo es tan diminuto. ¿Cómo te puede molestar? Al fin y al cabo, tú eres el hacedor, el creador, de todo esto.”
¿Ves? Las explicaciones no funcionan. Lo único que le importa a esta persona con el clavito en su pie es: “¡Quítalo!.” Porque es algo que esa persona está sintiendo; está sintiendo dolor. No se trata de explicaciones, se trata de librarse del dolor.
La razón porque la que doy este ejemplo es porque con la paz es igual. Un ser humano sin paz no es completo. El deseo de paz nunca te fue enseñado, como nunca te enseñaron a llorar. ¿Te dio alguien lecciones de llanto? ¿Alguien? ¿Te acuerdas? ¿Has visto a una madre diciéndole a su bebé, “Ahora, di: guaaaa.”? No. El bebé sabe llorar. El bebé sabe reír. El bebé sabe cómo ser. Éstas son cosas fundamentales que nadie tiene que enseñar.
El deseo por la paz también es fundamental. Esto es quiénes somos. Ésta es nuestra base. Nuestra necesidad del corazón. Empujándonos todos los días a encontrar. A estar contentos. A encontrar la pieza que falta en el rompecabezas.

Maharaji

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